Fué temprano por la mañana
todavía no terminaba de desperezarme
y tu sombra abrazó la mía.
No me dí cuenta entonces,
quizás no todavía,
pero lo que siente mi sombra cuando
extraña la tuya
es una lagrima perpetua y
desconsuelo
pobre alma gris,
y tan delgada tu sombra...
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